martes, 28 de mayo de 2013

¿Cuándo hablamos de que alguien tiene miedo al fracaso?

Hablamos de miedo al fracaso, cuando por ejemplo en los momentos previos a hacer una intervención en público, te empiezan a sudar las manos, sientes que te tiembla todo el cuerpo e incluso a veces, te falla la voz.
Estás expuesto a muchas miradas, hay mucha gente pendiente de ti y claro está: a nadie le apetece fallar ante el auditorio.
En esta situación que acabo de describir parece que tener miedo al fracaso es algo bastante lógico y esperable, aunque no deseado.
Cierto. Si esta situación fuera una situación muy puntual y extraordinaria en nuestras vidas.

Sólo quedan dos opciones

En cambio, si por las condiciones de nuestro trabajo o tarea esta situación de estar expuesto al público se repite con frecuencia, deberían ocurrir una de estas dos cosas:
  • Nos acostumbramos: la tensión se reduce o se controla.
  • Nos sensibilizamos: nuestro miedo al fracaso aumenta y se dispara.
He usado el ejemplo de intervenir en público porque puede ser la prueba más evidente dónde podríamos sentir miedo a fracasar o equivocarnos.
Imagina que esta sensación tensa y desagradable se extiende a otras muchas áreas de tu vida.

¿Qué ocurriría entonces?

En esta situación disfrutar seria una tarea algo complicada.
Este miedo se ha convertido en un miedo totalmente irracional.
Los miedos irracionales son la antesala de los trastornos de ansiedad.

¿Cómo actúa?

  • Nos bloquea: el miedo al fracaso, precisamente, provoca fracaso. Nos paraliza y precisamente se cumple aquello que tanto deseábamos evitar.
  • Nos quedamos en blanco: no conseguimos pensar ni reaccionar con claridad
  • Nos mostramos muy inseguros.

¿Qué factores provocan el miedo al fracaso?

Los factores que tienen más peso en desarrollar miedo al fracaso son las expectativas muy elevadas, el perfeccionismo y falta de confianza en uno mismo, entre muchos otros factores relacionados y puntuales.

¿Qué puedes hacer tú para empezar a solucionarlo?

Como en todas estas situaciones, ser consciente de que realmente te están afectando.
  • Reduce tus expectativas a ver qué ocurre.
  • Aprende a disfrutar de tus conquistas
  • Márcate objetivos realizables, concretos y claros.
  • Empieza a olvidarte del que dirán: sólo el que arriesga, gana.
  • Si te equivocaste y salió mal es señal de haberlo intentado.
  • Tus errores no deberían convertirse en frustraciones, sino en grandes oportunidades para aprender.

Estamos a tu servicio, solicita informes y empieza los cambios.

jueves, 23 de mayo de 2013

¿Qué son los suplementos de musculación?


En esencia, son sustancias presentes en el organismo. Por eso hay algunas casas que colocan la etiqueta de "naturales", lo cual no las eximen de peligros potenciales para la salud cuando se abusan de ellas. Son utilizados por deportistas de culturismo para eliminar la grasa sobrante e hipertrofiar los músculos con más rapidez. En primer lugar, tenemos que distinguir entre:
·    Los suplementos para ganar masa muscular propiamente dichos. Los más populares son la creatina (se comercializa como monohidrato de creatina) y la ribosa (un azúcar). El primero aumenta el volumen del músculo y, al parecer, da más fuerza. El segundo ayuda a desarrollar la musculatura a los principiantes. La glutamina, un aminoácido, también es muy demandado y se utiliza como antioxidante. Son legales.
·  Esteroides anabólicos, a los que habría que poner la coletilla de androgénicos, relacionadas con la testosterona. Aunque están prohibidos (por su peligrosidad), se siguen utilizando bajo la etiqueta de suplementos para deportistas.
·    Prohormonas, usadas para aumentar las hormonas, como la testosterona. También se utilizan en medicina con otros fines, pero en estos casos hay una enfermedad y una trastorno de por medio. Con fines deportivos están prohibidos.
Efectos secundarios de la creatina y la ribosa
·      Aumento de peso con el uso de creatina.
·     Ciertas personas, además, han notado vómitos, diarreas, dolores estomacales y nauseas.
·    Cuando se deja de tomar la creatina, el músculo se vuelve blando y flácido, ya que ha desaparecido la grasa que lo envuelve.
·    De la ribosa ni siquiera se han hecho ensayos suficientes. Así, te enfrentas a cualquier trastorno desconocido al día de hoy.
·    Como la creatina, puede producir nauseas y diarrea.
·  También se ha detectado hipoglucemia temporal, mareos, dolores de cabeza y desubicación.

La creatina y la ribosa son sustancias legales que no se consideran dopaje. Además, algunos de estos suplementos para ganar masa muscular suelen venir con Vitamina C. Este micronutriente, indispensable para la salud, en altas dosis produce oxalatos en el riñón e interfiere en la absorción del hierro.
Esteroides anabólicos
Derivados de la testosterona, los esteroides anabólicos son ilegales y potencialmente peligrosos. En los últimos años, han aparecido en forma de geles. Eso no quita para que produzcan el mismo efecto que las pastillas.
A pesar de que está prohibida su producción y venta, algunos gimnasios los ofrecen a su clientela, ya que contribuyen a ganar músculo con una velocidad asombrosa.
Entre sus graves contraindicaciones se encuentran:
·       Al modificar los niveles de testosterona, se han detectado problemas sexuales de tal calado que se ha llegado a la impotencia.
·         Recuerda que la testosterona está relacionada con el cáncer de próstata, el más común en el hombre. Modificar tus niveles normales y naturales es arriesgarte a una enfermedad gravísima que te puede llevar a la muerte no sin antes mermar tu calidad de vida.
·         Agresividad e irritabilidad severa, paranoia, manías y problemas familiares de entidad.
·         Trastornos psicológicos tan graves que se han detectado instintos suicidas. Durante un ensayo en la Universidad de Parma, se tuvo que suspender la dosis a uno de los participantes y proceder a su hospitalización.
·         Pérdida de fertilidad y disminución del tamaño de los testículos.
·         Disminución del colesterol HDL (el bueno) en dosis elevadas y, por tanto, riesgo de accidentes cardiovasculares.
·         Las prohormonas funcionan igual que los anabolizantes: son peligrosas e ilegales.

Si alguien en un gimnasio te ofrece estas sustancias, ya sean orales, en forma de geles o inyectadas, ya sabes a lo que te arriesgas: a hacer trizas tu salud.
Si quieres tener unos músculos bonitos, solo te queda llevar una buena alimentación (puedes aumentar, de forma moderada, las dosis de proteínas y carbohidratos de tu dieta) y horas de entrenamiento.
 Puedes pedir asesoramiento online sobre el tipo de dieta y suplementación que puede apoyar a que obtengas esos resultados que buscas, estamos a tus ordenes ponte en contacto y disfruta de nuestras promociones permanentes, Namaste.