martes, 21 de agosto de 2018

CÓMO TRATAR LAS MALAS DIGESTIONES Y LA ACIDEZ DE ESTÓMAGO

En esta ocasión nos ocupamos de dos de los más comunes: la dispepsia y la acidez de estómago o hiperclorhidria. Veámoslo.

LA DISPEPSIA

Se llama dispepsia al trastorno gastroesofágico funcional del aparato digestivo, lo que normalmente da lugar a malas digestiones.

Su sintomatología puede ser muy amplia y en ocasiones es bastante dolorosa.

Cuando la dispepsia es aguda puede provocar vómitos, diarrea, fiebre, ardor, dolor, meteorismo, pérdida de peso, flatulencia y sensación de peso que puede remitir simplemente con una buena alimentación.

Si alcanza otras partes del tubodigestivo como el intestino delgado o el colon se producirán fenómenos de fermentación -en el caso de que la dieta haya sido rica en hidratos de carbono- o de putrefacción -en el caso de una excesiva ingesta de proteínas.

La causa de las dispepsias en los adultos hay que buscarlas generalmente en los desequilibrios alimenticios -tanto de deglución como de digestión- y en las alteraciones enzimáticas que no permiten una buena digestión de los hidratos de carbono y las proteínas.

En ocasiones estos problemas aparecen sin causa justificada, lo que puede inducirnos a pensar en un problema de carácter psicosomático provocado por el estrés, las tensiones nerviosas, etc., que se evidencia con una respuesta a nivel gástrico.

También puede haber otros factores que pueden propiciar la aparición de esta sintomatología:

·        Masticación insuficiente.
·        Abuso de los alimentos fritos, ahumados, encurtidos, etc.
·        Exceso en el consumo de grasas y alimentos basura.
·        Cualquier tipo de intolerancia alimenticia.
·      También puede aparecer como consecuencia de una gastritis, úlceras, carcinoma gástrico, trastornos del esófago, del tracto pancreático-biliar, alteraciones intestinales como disbiosis o disbacteriosis colecistitis, duodenitis, anexitis, etc.

Es muy importante saber que en algunas ocasiones las dispepsias pueden ser el preámbulo de una patología seria.

LA HIPERCLORHIDRIA

Se llama así al aumento de los límites normales del contenido en ácido clorhídrico del jugo gástrico.

Suele producir una sintomatología digestiva, con molestias posteriores a la deglución de alimentos, regurgitación ácida y sensación de ardor (pirosis).

Ese exceso de ácido puede provocar patologías como la úlcera gastroduodenal.

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Es muy importante llevar una alimentación y un tipo de vida lo más sano posible.

Estos son algunos de los consejos:

·      Una de las primeras tareas a realizar es comprobar la posibilidad de que exista intolerancia hacia algún alimento.
·        Procurar realizar de 3 a 4 comidas al día sin que sean muy copiosas.
·    Incorporar de forma paulatina las frutas y verduras; cuando no es habitual su consumo éstas pueden provocar flatulencias.
·       Tratar de masticar y ensalivar los alimentos suficientemente.
·       Comer en situación relajada y sin estrés.
·        Eliminar los alimentos fritos, las conservas, los ahumados y encurtidos, la comida basura, etc.
·        Procurar no tomar agua desde una hora antes hasta dos horas después de las comidas. En caso de tener mucha sed se puede tomar agua a temperatura natural y a sorbos pequeños.
·         Eliminar el tabaco y el café.
·         Eliminar el consumo de bebidas alcohólicas, gasificadas, estimulantes, etc.
·         Reducir la cantidad de grasa presente en la dieta.
·         Eliminar las carnes rojas.

ALIMENTOS PERJUDICIALES

Los alimentos fritos. Contienen sustancias irritantes para el aparato digestivo por lo que están absolutamente contraindicadas.

Las bebidas alcohólicas. Producen irritación e inflamación. Además alteran la producción de jugo gástrico.
Las especias. A pesar de que en pequeñas dosis puede ser beneficioso, una dosis inadecuada provocará alteraciones digestivas e hiperacidez.

El vinagre. Altera la mucosa del aparato digestivo haciéndola más sensible a los ácidos del estómago además de agravar las molestias propias de la dispepsia.

El café. Su consumo, por sí solo, produce dispepsia. Es irritante de la mucosa y altera la digestión de los alimentos.

La leche. Es de muy difícil digestión, sobre todo si va acompañada de azúcar. En los casos que nos ocupan está absolutamente contraindicada.

Los mariscos. Son también muy difíciles de digerir.

El chocolate. Contiene azúcares y grasas por lo que su mezcla es más que nefasta para el estómago.

Las carnes. Contienen purinas, sustancias que incrementan la producción de jugos gástricos agravando las dispepsias y la hiperclorhidria.

ALIMENTOS ADECUADOS

Bulbo de hinojo. Contienen una sustancia denominada acetol que actúa como tónico digestivo.

Papaya. Contiene papaína, una enzima necesaria para la digestión de las proteínas.

Piña. Contiene bromelaína que facilita la digestión.

Hortalizas crudas. Si se toman bien masticadas estimulan los procesos digestivos ya que contienen fibra y enzimas.

Cereales integrales. Sobre todo en forma de copos y papillas son alimentos muy bien tolerados para las personas con dificultades digestivas.

Calabaza. Es suavizante de la mucosa interna del estómago y produce una disminución de los ácidos.

Patata. Es antiácida y sedante. Se puede tomar al vapor, asada o hervida pero nunca frita.

Manzana. Actúa desinflamando el aparato digestivo.

Chirimoya y aguacate. Neutralizan el exceso de ácidos y son calmantes.

Tapioca. Es un alimento suavizante y protector del aparato digestivo.

Arroz. Tiene efecto antiinflamatorio sobre las mucosas digestivas.

Zanahoria. Es un alimento que contiene vitamina A y fibra lo que hace que se neutralice el exceso de acidez y proteja las mucosas.

COMPLEMENTOS

Vitamina A. Es muy valiosa cuando se pretende mantener en buen estado las mucosas. Además, con ella se pueden prevenir las úlceras.

Enzimas digestivas. Hasta conseguir una regularización digestiva es necesario suplementar la dieta con enzimas que faciliten la digestión.

Probióticos. Necesarios para un buen equilibrio de la flora bacteriana.

Betaína hidroclorhídrica HCL. Son necesarias para mejorar la digestión.



lunes, 20 de agosto de 2018

EL SUERO DE LECHE, UNA FUENTE DE PROTEÍNAS POCO CONOCIDA

Depurativo, desintoxicante, regenerador de la flora intestinal y potenciador del sistema inmune.

Éstas son algunas de las cualidades del suero de leche.

Pero además se le considera una forma sencilla de limpiar de toxinas nuestro medio interno y de aportar al organismo nutrientes básicos para el equilibrio metabólico.

Eso sí, siempre que no se sea alérgico a la lactosa, su principal componente.

El suero de leche es un remedio naturalconocido desde hace siglos que, poco a poco, había ido cayendo en desuso.

Hoy, sin embargo, sus propiedades terapéuticas han salido del olvido y se ha convertido en un producto muy apreciado por sus beneficiosos efectos para la salud y por los valiosos nutrientes que puede aportar a nuestra dieta.

Entre ellos, el carbohidrato lactosa además de minerales y oligoelementos como el calcio, el potasio o el hierro, por citar algunos.

Pero el aporte nutricional más importante del suero de leche son sus proteínas.

De hecho, algunos aminoácidos están en mayor proporción en el suero de leche que en la propia leche o en los huevos.

¿CÓMO SE OBTIENE?

El suero de leche se obtiene en el proceso de elaboración del queso cuando a la leche líquida, previamente pasteurizada, se la añade el cuajo, fermento natural contenido en el estómago de los rumiantes que posee una enzima que hace coagular la leche.

Se trata de un proceso que se realiza en tanques especiales a unos 30º C de temperatura y cuyo resultado es una masa semisólida rica en caseína y grasa que, tras su maduración y secado, se convertirá en queso.

Pues bien, cuando esa masa semisólida se retira de las cubas, lo que queda en ellas es el suero de leche: un líquido de color amarillo verdoso y de sabor ácido pero agradable.
Se trata, por tanto, de la parte que no se coagula por la adición del cuajo y que permanece en estado líquido.

Una vez separado el suero del resto de la leche se le somete a distintos tratamientos hasta convertirlo en polvo y envasarlo para su comercialización.

Se logra así un suero rico en sales minerales, aminoácidos y nutrientes beneficiosos para el buen funcionamiento del intestino, el hígado y el riñón, entre otras propiedades terapéuticas.

ALIADO DEL ORGANISMO

Una de las principales ventajas del consumo de suero de leche es que la lactosa, su principal componente, no se disocia por completo en la parte superior del tracto gastrointestinal sino que mantiene sus cualidades nutricionales hasta llegar al intestino delgado y al colon.

Una vez en el intestino, las bacterias de la flora intestinal transforman la lactosa en ácido láctico, de propiedades beneficiosas para el metabolismo.

Por ejemplo, estimula el peristaltismo intestinal, proceso que permite la contracción de los músculos intestinales para transportar el alimento y asegurar una correcta eliminación de la materia fecal.

Además favorece el crecimiento de la propia flora, lo que implica una mejora del funcionamiento hepático.

Por otro lado, por su acción depurativa, activa la función renal y favorece la secreción de líquidos y toxinas.

Por eso ayuda a prevenir la artrosis, la artritis y el reumatismo, consecuencia de una excesiva retención de líquidos en los tejidos y de la acumulación de toxinas en las articulaciones.

Esta eliminación provoca un mejor estado de la piel y contribuye a curar eczemas, acné y otras enfermedades dermatológicas.

Asimismo, al eliminar toxinas del organismo purifica la sangre y permite que fluya mejor.

Actúa igualmente como suave laxante natural por lo que está indicado en los casos de atonía intestinal y estreñimiento.

Pero, además, el ácido láctico producido a partir de la lactosa aumenta la solubilidad del calcio, fósforo, potasio y magnesio lo que facilita la asimilación de estos minerales por el intestino.

De esa forma pueden ser absorbidos mucho mejor por la pared intestinal desde donde pasan al torrente sanguíneo y, a través de la sangre, a su destino final: las células de todo el organismo.

Todo ello hace que se potencie el sistema inmune y que mejore el estado general.

NO APTO PARA LOS ALÉRGICOS A LA LACTOSA

Eso sí, si es usted uno de los aproximadamente 4 millones de mexicanos alérgicos a la lactosa debe, por razones obvias, abstenerse de tomar este suero.

Químicamente la lactosa es un disacárido compuesto por galactosa y glucosa.

Para poder utilizar este azúcar nuestro cuerpo se sirve de una enzima denominada lactasa gracias a la cual los azúcares simples son absorbidos a través de la pared intestinal.

Sin embargo, cuando hay un déficit de esta enzima la lactosa no se desdobla y, como consecuencia, el intestino no lo puede absorber.

Actúan entonces las bacterias intestinales generando su fermentación y provocando flatulencia y diarrea líquida.

Es lo que se conoce como intolerancia a la lactosa.

Sus síntomas más frecuentes -que pueden aparecer nada más ingerir la lactosa o al cabo de un cierto tiempo- son dolores, espasmos e hinchazón abdominal, diarreas ácidas, estreñimiento, flatulencias y vómitos.

LA CURA CON SUERO DE LECHE

Es tal la importancia terapéutica que en otro tiempo tuvo este nutriente que durante el siglo XVIII se crearon en Europa sanatorios en los que se hacían curas únicamente con suero de leche.

Tales sanatorios fueron desapareciendo paulatinamente pero aún hoy se considera que estas curas son una forma sencilla de desintoxicar el organismo, incluso sin modificar la dieta habitual.

En cuanto a las dosis, dependerá de las características fisiológicas, edad, peso, actividad metabólica, etc., de cada persona y del tipo de cura que quiera llevar a cabo.

Si opta por una cura intensiva el suero de leche será el único alimento que pueda ingerir durante 7 días (con un límite diario de 7 vasos, cada uno de 2 o 3 cucharadas soperas de suero en polvo disueltas en 250 ml. de agua).

Si prefiere una cura más suave podrá acompañar el suero con alimentos ligeros y bajos en calorías; en tal caso, debe tomarlo media hora antes de cada comida.

Otra opción es tomar sólo suero de leche un día de la semana.

Indicaciones generales

El suero de leche es conocido desde la antigüedad.

De hecho, existen muchas referencias históricas de que su aplicación en diferentes enfermedades era habitual y de que médicos como Hipócrates o Galeno lo utilizaban como tratamiento regular para sus pacientes.

Hoy la ciencia ha contrastado sus efectos beneficiosos en el tratamiento de reúma, artritis, artrosis, ciática, gota, sobrepeso, obesidad, ictus, hipertensión arterial, cistitis, insuficiencia renal, hiperviscosidad de la sangre, hipercolesterolemia, eczema, acné, ictericia, cirrosis, hemorroides, trastornos digestivos crónicos, flatulencia, atonía intestinal, estreñimiento, calambres musculares, fatiga general o falta de energía.

Los nutrientes del suero de leche

El principal componente del suero de leche es la lactosa, un hidrato de carbono que le confiere sus propiedades más importantes.

Se trata de un azúcar fácilmente asimilable por el organismo y, por ende, una buena fuente de energía.

En contacto con las bacterias de nuestra flora intestinal se transforma en ácido láctico, muy beneficioso para el metabolismo.

En cuanto a las proteínas, el suero de leche aporta dos tipos indispensables para el organismo, consideradas nutricionalmente de referencia por su contenido equilibrado en aminoácidos: la lactoglobulina y la lactoalbúmina, cuya presencia en el suero de leche es mayor que en la leche y en los huevos.

Además, el suero de leche posee aminoácidos ramificados y potenciadores del sistema inmune que escapan intactos al proceso de la digestión y, por tanto, son capaces de retener sus valores específicos hasta ser absorbidos por la pared intestinal y asumidos por el organismo.

Por otro lado, el contenido en grasa y colesterol "malo" del suero de leche es mínimo -no más del 0,3% en suero de leche líquido- lo cual lo hace compatible con muchas de las dietas de adelgazamiento.

También es relevante el contenido en minerales y oligoelementos: calcio, potasio, fósforo, magnesio, sodio, zinc, hierro y cobre. Posee asimismo un elevado contenido en vitaminas B y C.

Suero de leche, obesidad y depresión

Además de aportar a nuestro organismo nutrientes esenciales el suero de leche ayuda a normalizar el correcto funcionamiento digestivo.

Asimismo, mejora el metabolismo de las grasas, limpia la sangre de toxinas y favorece la eliminación de los líquidos retenidos por su efecto depurativo y laxante.

De ahí que se entienda que puede ayudar a las personas obesas o con sobrepeso.

Es más, quienes sufren depresión pueden obtener un beneficio adicional derivado de las propiedades del triplófano que aporta la lactoalbúmina (una de las proteínas del suero de leche) ya que este elemento estimula la producción de serotonina (un neurotransmisor deficitario en cuadros de depresión).

El importante ácido láctico

Este ácido -que se produce en nuestro intestino a partir de la lactosa del suero de leche- tiene importantes propiedades beneficiosas para el metabolismo.

Ahora bien, es importante señalar que existen dos tipos de ácido láctico.

Uno se denomina ácido D (-) láctico y el otro es el ácido L (+) láctico, que es más fisiológico porque nuestro organismo posee la enzima necesaria para su catabolismo.

El D (-) hiperacidifica nuestro medio orgánico por lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda no ingerir más de 100 mg/día de este tipo de ácido láctico por kilo de peso corporal (es decir, como máximo 6.000 mg para una persona de 60 kilos de peso).

Esta recomendación es casi exigencia en el caso de los lactantes y niños de corta edad porque la tolerancia al ácido de su metabolismo es menor y porque todavía no se ha desarrollado completamente su capacidad de neutralización.

Pero no queremos alarmar: el ácido láctico que contiene el suero de leche fresco es exclusivamente del tipo L (+) que, como hemos dicho, es más fisiológico.

Lo malo es que este suero fresco no se puede conservar durante mucho tiempo ya que cada hora que pasa pierde calidad.

Incluso llega a ser imposible de ingerir porque, lentamente, se va transformando en ácido D (-) láctico.

Téngalo, pues, en cuenta.



sábado, 18 de agosto de 2018

Hablemos de Vitaminas

Las vitaminas son sustancias orgánicas imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. 

No aportan energía, puesto que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no es capaz de aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por la alimentación. 

Normalmente se utilizan en el interior de las células como precursoras de las coenzimas, a partir de los cuales se elaboran los miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las que viven las células. 

Las vitaminas deben ser aportadas a través de la alimentación, puesto que el cuerpo humano no puede sintetizarlas. 

Una excepción es la vitamina D, que se puede formar en la piel con la exposición al sol, y las vitaminas K, B1, B12 y ácido fólico, que se forman en pequeñas cantidades en la flora intestinal.

Con una dieta equilibrada y abundante en productos frescos y naturales, dispondremos de todas las vitaminas necesarias y no necesitaremos ningún aporte adicional en forma de suplementos de farmacia o herbolario. 

Un aumento de las necesidades biológicas requiere un incremento de estas sustancias, como sucede en determinadas etapas de la infancia, el embarazo, la lactancia y durante la tercera edad. 

El consumo de tabaco, alcohol o drogas en general provoca un mayor gasto de algunas vitaminas, por lo que en estos casos puede ser necesario un aporte suplementario. 

Debemos tener en cuenta que la mayor parte de las vitaminas sintéticas no pueden sustituir a las orgánicas, es decir, a las contenidas en los alimentos o extraídas de productos naturales (levaduras, germen de trigo, etc.). 

Aunque las moléculas de las vitaminas de síntesis tengan los mismos elementos estructurales que las orgánicas, en muchos casos no tienen la misma configuración espacial, por lo que cambian sus propiedades. 

Existen dos tipos de vitaminas: 

Las liposolubles (A, D, E, K), que se disuelven en grasas y aceites, y las hidrosolubles (C y complejo B), que se disuelven en agua. 

Vamos a ver las características generales de cada grupo y los rasgos principales de las vitaminas más importantes.

Vitaminas liposolubles: 


  • Vitamina A - (retinol) 
  • Vitamina D - (calciferol) 
  • Vitamina E - (tocoferol) 
  • Vitamina K - (antihemorrágica) 
  • Vitamina F - (ácidos grasos esenciales) 


Vitaminas hidrosolubles: 


  • Vitamina C - (ácido ascórbico) 
  • Vitamina H - (biotina) 
  • Vitamina B 1 - (tiamina) 
  • Vitamina B 2 - (riboflavina) 
  • Vitamina B 3 - (niacina) 
  • Vitamina B 5 - (ácido pantoténico) 
  • Vitamina B 6 - (piridoxina) 
  • Vitamina B 12 - (cobalamina) 


Falsas vitaminas o Vitaminoides: 


  • Inositol 
  • Colina 
  • Ácido Fólico 

Vitaminas Liposolubles

Son las que se disuelven en disolventes orgánicos, grasas y aceites. 

Se almacenan en el hígado y tejidos adiposos, por lo que es posible, tras un aprovisionamiento suficiente, subsistir una época sin su aporte. 

Si se consumen en exceso (más de 10 veces las cantidades recomendadas) pueden resultar tóxicas. 

Esto les puede ocurrir sobre todo a deportistas, que aunque mantienen una dieta equilibrada recurren a suplementos vitamínicos en dosis elevadas, con la idea de que así pueden aumentar su rendimiento físico. 

Esto es totalmente falso, así como la creencia de que los niños van a crecer más cuantas más vitaminas les hagamos tomar. 

Vitaminas Hidrosolubles

Se caracterizan porque se disuelven en agua, por lo que pueden pasarse al agua del lavado o de la cocción de los alimentos. 

Muchos alimentos ricos en este tipo de vitaminas no nos aportan al final de prepararlos la misma cantidad que contenían inicialmente. 

Para recuperar parte de estas vitaminas (algunas se destruyen con el calor), se puede aprovechar el agua de cocción de las verduras para caldos o sopas. 

A diferencia de las vitaminas liposolubles no se almacenan en el organismo. 

Esto hace que deban aportarse regularmente y sólo puede prescindirse de ellas durante algunos días. 

El exceso de vitaminas hidrosolubles se excreta por la orina, por lo que no tienen efecto tóxico por elevada que sea su ingesta. 



El Agua como Fuente de Vida

El Agua:

Es el componente principal de los seres vivos, de hecho, se pueden vivir meses sin alimento, pero sólo se sobrevive unos pocos días sin agua.

El cuerpo humano tiene un 75 % de agua al nacer y cerca del 60 % en la edad adulta.

Aproximadamente el 60 % de este agua se encuentra en el interior de las células (agua intracelular).

El resto (agua extracelular) es la que circula en la sangre y baña los tejidos.

En el agua de nuestro cuerpo tienen lugar las reacciones que nos permiten estar vivos.

Esto se debe a que los enzimas (agentes proteicos que intervienen en la transformación de las sustancias que se utilizan para la obtención de energía y síntesis de materia propia) necesitan de un medio acuoso para que su estructura tridimensional adopte una forma activa.

El agua es el medio por el que se comunican las células de nuestros órganos y por el que se transporta el oxígeno y los nutrientes a nuestros tejidos.

Y el agua es también la encargada de retirar de nuestro cuerpo los residuos y productos de deshecho del metabolismo celular.

Por último, gracias a la elevada capacidad de evaporación del agua, podemos regular nuestra temperatura, sudando o perdiéndola por las mucosas, cuando la temperatura exterior es muy elevada.

En las reacciones de combustión de los nutrientes que tiene lugar en el interior de las células para obtener energía se producen pequeñas cantidades de agua.

Esta formación de agua es mayor al oxidar las grasas - 1 gr. de agua por cada gr. de grasa -, que los almidones -0,6 gr. por gr., de almidón-.

El agua producida en la respiración celular se llama agua metabólica, y es fundamental para los animales adaptados a condiciones desérticas.

Si los camellos pueden aguantar meses sin beber es porque utilizan el agua producida al quemar la grasa acumulada en sus jorobas.

En los seres humanos, la producción de agua metabólica con una dieta normal no pasa de los 0,3 litros al día
.
Necesidades diarias de agua

Es muy importante consumir una cantidad suficiente de agua cada día para el correcto funcionamiento de los procesos de asimilación y, sobre todo, para los de eliminación de residuos del metabolismo celular.

Necesitamos unos tres litros de agua al día como mínimo, de los que la mitad aproximadamente los obtenemos de los alimentos y la otra mitad debemos conseguirlos bebiendo.

Por supuesto, en determinadas situaciones o etapas de la vida estas necesidades pueden aumentar considerablemente.

Recomendaciones sobre el consumo de agua

Si consumimos agua en grandes cantidades durante o después de las comidas, disminuimos el grado de acidez en el estómago al diluir los jugos gástricos.

Esto puede provocar que los enzimas que requieren un determinado grado de acidez para actuar queden inactivos y la digestión se relentice.

Los enzimas que no dejan de actuar por el descenso de la acidez, pierden eficacia al quedar diluidos.

Si las bebidas que tomamos con las comidas están frías, la temperatura del estómago disminuye y la digestión se relentiza aún más.

Como norma general, debemos beber en los intervalos entre comidas, entre dos horas después de comer y media hora antes de la siguiente comida.

Está especialmente recomendado beber uno o dos vasos de agua nada más levantarse.

Así conseguimos una mejor hidratación y activamos los mecanismos de limpieza del organismo. 


viernes, 3 de agosto de 2018

Se Imparable

Las personas imparables son como guerreros. Siempre están listos para enfrentarse al mundo. Ellos están guiados por una luz interior, llenos de energía desbordada e inquebrantable en sus metas. Ellos han aprendido a activar sus talentos naturales y desarrollar las necesidades necesarias para obtener lo que sea que quieren.

¿Cómo lo hacen? ¿Dónde encuentran la estamina y la fortaleza para mantenerse en el camino? Las personas imparables mantienen sus fuegos internos quemándose en el desarrollo de las características necesarias para tener éxito. Aquí hay 15 rasgos que te ayudará a ir de un sólido conseguidor de metas a una persona verdaderamente imparable.

1. Ellos creen en sí mismos

Valiente, audaz, rudo: usa el término que desees, pero la conclusión es que la confianza es clave si quieres ser imparable. Tienes que tener el coraje de ponerte allí en primer lugar.

Tienes que creer que tienes lo que se necesita. Los desafíos mentales serán uno de los mayores obstáculos que enfrentarás, te harán cuestionarte a ti mismo y lo que estás haciendo. Sin una buena dosis de confianza en ti mismo, te sentirás tentado a aceptar la derrota cuando encuentres una forma de recuperarte del fracaso.

2. Desarrollan una visión clara

Todo camino hacia el éxito comienza con una visión; es lo que te da dirección. Es tu razón para trabajar tan duro como tú. Una vez que tengas una visión de cómo quieres que sea tu futuro, debes establecer una serie de objetivos para lograr este sueño: este es tu plan para llegar allí.

Tu visión es tu misión, y debería ser algo que hayas definido y anotado claramente. Es una oportunidad para poner tus pensamientos, ideas y valores en acción. También es el punto de referencia que puedes utilizar para registrar tu progreso, para ver qué tan lejos has llegado y recordarte a dónde va.

3. Toman acción

Las personas imparables no esperan hasta sentirse "seguras" antes de dar grandes saltos. ¡Ellos saltan y continúan! Desde ese primer impulso para llevar la pelota a los momentos decisivos en los que debes corregir el rumbo, la acción es fundamental para el éxito.

Tomar grandes decisiones y dar saltos de fe puede ser aterrador y emocionante. Es tu oportunidad de pensar en grande y ser audaz. En ocasiones, la inacción queda oculta detrás de otros problemas, como la mala gestión del tiempo y la falta de autodisciplina. Deja de esperar y deja de dar excusas. Si quieres ser implacable, pon tu energía en acción ahora. No lo hagas y tu visión te sentará en un estante, acumulando polvo.

4. Ellos persisten las tormentas de la vida

Puedes ser la persona más talentosa, inteligente y creativa, pero sin persistencia estás condenado a la mediocridad. La gente imparable y exitosa sabe que deben escarbar profundo y encontrar su determinación si quiere alcanzar su meta. Ellos no permiten que los obstáculos los detenga, encuentran una manera de hacerlos a un lado.

La persistencia es un hábito que debes desarrollar para estar bien en tiempos difíciles y dejar la procastinación para obtener lo mejor de ti. Los sueños a largo plazo son una labor de amor. Debes estar ahí, día y noche, rechazando el desaliento y recordando enfocarte en tu objetivo.

5. Ellos son conscientes de sí mismos

Volverse conscientes de nosotros mismos para entendernos como individuos únicos, dentro de los roles que jugamos con amigos, familia o en sociedad. Ser conscientes de sí mismo significa entender quién eres debajo de todo: tus patrones de comportamiento, fortalezas y debilidades.

Las personas imparables se toman el tiempo de entenderse en un nivel más profundo.  Haciendo eso, te estarás empoderando para construir sobre tus fortalezas y ver donde necesitas mejorar. Tener consciencia en sí mismo es clave para alcanzar metas, lo cual es primordial para alguien que es imparable. 

6. Mantienen la vida equilibrada

A veces para seguir avanzando debemos dar un paso atrás. Si estás exhausto, insalubre, infeliz e incapaz de mantener tu energía, probablemente estés pisando agua. Ser implacable significa mantener un equilibrio saludable, y eso significa tender al cuerpo, la mente y el alma.

Mantener tu salud física y mental es crucial para tu capacidad de buscar todo lo demás en esta lista. El equilibrio entre el trabajo y la vida es clave para evitar el agotamiento, liberar el estrés crónico y evitar otros problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.

7. Se adaptan al cambio

Las personas imparables no entran en pánico ante el cambio. Ellos entienden la importancia de ser flexible y aceptar nuevos desarrollos e innovaciones. Ser adaptable significa tener una mentalidad elástica y ajustarse a medida que cambia el entorno.

Cada industria sufrirá interrupciones y cambios radicales. Aquellos que son implacables no se dejan frustrar por el cambio. Entienden que deben ser flexibles y versátiles o arriesgarse a ser ineficaces e irrelevantes. O bien aprende a doblarse y flexionarse o se romperá y se descartará.

8. Están completamente comprometidos con sus objetivos

¿Estás dejando que la vida te pase, o estás moldeando tu vida a través del poder de la voluntad pura y el trabajo duro? Las personas imparables desarrollan hábitos que los mantienen enfocados y cultivan un hambre insaciable para ir tras sus sueños.

Debes encontrar tu convicción interna y luego alimentar ese deseo haciéndolo una parte central de ti mismo. ¿Por qué tus metas son tan importantes para ti? Hazte esa pregunta y repite la respuesta todos los días.

9. Están motivados desde adentro

Las personas imparables tienen un impulso interno que les impulsa al éxito. Están intrínsecamente motivados, lo que significa que tienen un profundo deseo o impulso interno para alcanzar sus metas. Cuando la motivación viene de adentro, tiende a ser más significativa: te sientes obligado a seguir avanzando incluso si no hay una recompensa externa.

La motivación extrínseca, por otro lado, generalmente se basa en una recompensa externa de algún tipo. Decides tomar un nuevo trabajo porque ofrece una mejor compensación. Pero el atractivo de los incentivos externos disminuye con el tiempo. Aquellos que son verdaderamente impulsados e imparables no lo están haciendo por el salario o los paquetes de beneficios: lo hacen porque sienten que deben hacerlo.

10. Toman responsabilidad

Tomar responsabilidad tiene dos partes: Responder por tus errores y faltas, pero también tomar crédito de tus éxitos. Las personas incansables son dueñas de sus fallas al mismo tiempo que revelan sus logros.

Ellos admiten y aprenden de ambas para ganar sabiduría y conocimiento necesario para proponerse incluso sueños y metas más grandes. Tomar responsabilidad se trata de admitir que tú, y tú solo, estás a cargo de tu vida. Tú estás en el asiento de conductor, y nadie más puede dictar tu futuro.

11. Se rodean de otros triunfadores

Las relaciones son una parte importante de la vida porque con frecuencia reflejamos las actitudes y comportamientos de con quienes pasamos el tiempo. Gasta mucho tiempo con gente negativa y te encontrarás a la deriva en una mentalidad pesimista. 

Las personas exitosas e imparables se reúnen con buenas compañías. Ellos gravitan hacia otros buscavidas. Busca a otros que te inspiren y aquellos insights que abren tu mente a nuevas posibilidades. 

12. Son aprendices voraces

Nuestra habilidad de aprender y crecer es clave para nuestra habilidad de mejorar e innovar. Para ser imparable, debes abrazar el aprendizaje. Deberías ser un consumidor ávido de información y ser un constante buscador de educarte a ti mismo. 

Convertirte en un aprendiz voraz alimenta tu mente y permite nuevas conexiones e ideas para florecer. Aquellos que implacablemente persiguen sus metas nunca se detienen de buscar expandir su entendimiento e incrementar su conocimiento del mundo alrededor de ellos.

13. Nunca están completamente satisfechos

La gente incansable y persistente nunca están completamente satisfechos con sus logros. Ellos se sienten forzados a mantener la presión y a buscar el siguiente paso.

Ellos no se permiten a sí mismos el descanso en los laureles de sus logros pasados. La gente imparable siempre está en persecución. Ellos permanecen enfocados en el siguiente reto y continúan empujando hacia el siguiente nivel de excelencia. 

14. Desarrollan resiliencia mental 

Con ambición viene la presión mental y algunas veces el estrés se vuelve un problema fuerte. Muchas personas sucumben bajo presión, consumidas por la ansiedad y la tensión. Para volverte imparable, debes desarrollar fuerza mental para manejar la adversidad y el fracaso. Desarrollar fortaleza mental te mantendrá fuerte, determinado y enfocado durante tiempos pesados, y te ayudará a mantener tus emociones controladas cuando necesites ser fuerte.

La gente incansable no huye de la adversidad. Ellos se dan cuenta de que enfrentando una situación de estrés es una oportunidad de probar que pueden sobreponerse y sobresalir bajo coerción. La fortaleza mental es la voz que te dice que la vida es dura, pero tú eres más resistente. 

15. No pierden el tiempo en el ego o los celos

Hay una gran diferencia entre la confianza en uno mismo y el ego. La confianza en uno mismo es cuando comprendes tu valía y crees en ti mismo. El ego es cuando tu sentido del yo se inflan demasiado y te vuelves enfocado en tu propio interés. El ego y la arrogancia a menudo están estrechamente relacionados con los celos y el resentimiento.

Los líderes imparables entienden que el ego y los celos operan por miedo. Reconocen que, si no se controlan, estas emociones se interpondrán en el camino de su propio éxito. Por el contrario, la humildad sacará lo mejor de quienes le rodean.

El orgullo y el resentimiento son una pérdida de tiempo y energía. El éxito de otra persona no es una amenaza para tu propio avance; sus logros no deletrean tu fracaso. Olvídate de la actitud defensiva y deja de hacerlo todo sobre ti. Para ser imparable, concéntrate en los resultados y mantén tu mente abierta a nuevas posibilidades.