jueves, 30 de noviembre de 2017

Consejos para un estilo de vida saludable

Cada diciembre en el listado de propósitos para el año siguiente, hay uno muy común y es conseguir el equilibrio en la rutina diaria y así empezar a llevar un estilo de vida saludable. Pero seamos sinceros quince días después, este propósito ha sido desplazado, hasta que un millón de excusas lo sepultan junto con la lista.
Lo ideal es tener la convicción de que cualquier mes, día o instante puedes proponerte a cambiar hábitos, conductas, o mejorar tu bienestar físico y mental, con el mejor de los incentivos: “Cualquier persona como tú y como yo, pude hacerlo si piensa que con ello va a crecer personalmente y a cuidarse para la posteridad”. Por esta razón Mi Familia Sana ha preparado una lista de prácticos consejos para que desde hoy puedas construir tu propio y personalizado estilo de vida saludable.

1. Recuerda que ‘Eres el reflejo de lo que comes’

¿Habías escuchado esta frase antes? Si no te suena, es el momento que te convenzas de su veracidad, porque es un principio ideológico que cultivan los expertos en salud nutricional. Lo mejor es que empieces por reestructurar tu lista de compras.
Cada vez que vayas al supermercado, enfócate en seleccionar primero los alimentos frescos que llevarás, luego habrá tiempo para el resto de víveres. Durante tus compras, recuerda que las frutas y verduras deberían ser la piedra angular de cada comida que tengas en el día; los demás alimentos como proteínas, legumbres y granos integrales, míralos como un complemento que balanceara cada plato. Con esta idea en la cabeza será más fácil escoger qué echar en el carrito cada vez.
Es súper recomendable que tomes mucha, mucha agua, ya que esta además de ser benéfica para tu cuerpo, te ayudará a evitar el consumo de bebidas calóricas, porque tu cuerpo se sentirá hidratado y no sentirás necesidad de beber. En lo posible, evita consumir alimentos con alto nivel de carbohidratos y sodio, como los dulces, harinas y fritos; no sólo porque contribuyen al aumento de peso, sino porque dificultan que continúes tu propósito de llevar un nuevo estilo de vida saludable.
Ahora, recuerda algo muy importante: acostúmbrate a comer siempre a la misma hora cada día, además de ayudarte a evitar la gastritis y contribuir con la estabilización del metabolismo, te vuelve una persona rigurosa y metódica.

2. Una persona precavida vale por dos… Si se trata de higiene, vale por cuatro

La protección y la higiene son los pilares más importantes que debemos cuidar para conservarnos sanos y salvos, no sobra aclarar que hablar de protección abarca desde simples actos cívicos, como usar casco al conducir bicicleta o moto, utilizar el cinturón de seguridad, salir con tiempo de anticipación a hacer nuestras diligencias.
Esto sirve muchísimo, porque cuando tienes la certeza que estás haciendo las cosas bien, tu mente y tu organismo se relajan, evitando que te cargues de estrés y preocupaciones innecesarias. 
Antes de salir de tu casa, acuérdate siempre que debes protegerte del sol y el frío, sobre todo si vives en una ciudad como Bogotá, donde el clima varía drásticamente de forma repentina. Los dermatólogos recomiendan utilizar protector solar diariamente, y este sí que es un hábito que debes empezar a implementar en tu nuevo estilo de vida.
El principal factor que deteriora nuestra salud es la exposición a los cambios climáticos y la polución de la ciudad, aquí es donde cobra gran importancia las buenas prácticas de higiene que empieces a implementar en tu rutina diaria. —“Yo me baño bien todos los días”— pensarás, pero más allá de esto, es crucial que implementes rutinas de limpieza preventiva como el constante lavado de manos y cara, el lavado diario de nariz y la limpieza de oídos periódico; ya que en estas partes del cuerpo se concentra el mayor índice de ingreso de bacterias y virus, incluso en la nariz es del 90% (más que la boca).
Con estas nuevas prácticas, verás cómo cada vez te contagias menos de virus y gripes. Si sufres de alergias como la sinusitis, el cambio será todavía más liberador.

3. ¡Muévete!

Es el momento que empieces a utilizar las escaleras, deja atrás el sedentarismo y procura caminar más; lo puedes hacer con tus desplazamientos cotidianos como por ejemplo, ir al trabajo, al supermercado, de compras, pasear a tu mascota o la de tu vecino. De esta forma, aprovechas y de paso fortaleces esos lazos de amistad además de evitar perder tiempo dentro del tráfico.
De igual forma, también es importante ejercitarse; realiza como mínimo 30 minutos de algún deporte que te guste o una actividad física que aumente tu frecuencia cardiaca y que fortalezca tus músculos y huesos. Es normal que te cueste un poco al principio, pero cuando lleves unos 15 días con esta actividad se convertirá en un hábito que hará parte de tu cotidianidad y no sentirás sacrificios. ¡Ánimo,  lo más importante es empezar!
4. También descansa
Busca tu tranquilidad, evita incluso esa persona molesta que tiene la facilidad de cambiarte el buen humor; minimiza aquellas situaciones en las que puede llenarte de estrés y preocupación.
Ten en cuenta que hay ciertas cosas que se escapan de nuestro control; con esto te evitarás frustraciones, depresiones, rabias y estrés que generalmente te llevará a sentirte más cansada o cansado.
Trata de buscar momentos de quietud, tomate un té, escucha tu canción favorita separa al menos unos minutos en que puedas poner tus pensamientos en orden y priorizar tus labores, mantén una actitud positiva ante la vida y las situaciones que debes afrontar.
A la hora de dormir aleja tu celular y apaga la televisión, es mejor que escuches alguna melodía suave unos 10 minutos antes, así alejarás esos pensamientos que terminan irrumpiendo tu sueño y lograrás un sueño más placentero.

5. Pensar bien es estar bien

A veces no le damos el valor que merece el poder de los pensamientos, como en el primer consejo  “eres el reflejo de lo que comes” así mismo también somos el reflejo de lo que pensamos, una persona positiva, aspiracional y organizada saca un buen provecho de su productividad en el día.
Es bueno que saques tiempo para estar con tus seres queridos, viajar, comer algo que te gusta mucho, la vida está hecha de esas pequeñas cosas; así que rodéate de personas positivas que te aporten cosas buenas, con toda seguridad esto traerá tranquilidad a tu vida; y si tu mente, tus pensamientos están bien… tú también estarás bien.
Como ves, muchos de estos consejos para una vida saludable no son difíciles de poner en marcha; solo basta con tomar la decisión, un poco de disciplina y el combustible más efectivo para todo reto en la vida: creer en ti mismo.


martes, 7 de noviembre de 2017

Suplementos Alimenticios o Nutrición Celular

Los suplementos alimenticios o la nutrición celular, es un bastón necesario, que no fundamental, en nuestra estrategia nutricional para restablecer tu salud y recuperar tu energía.

¿Por qué necesitas suplementos?

La suplementación o nutrición celular es un tipo de nutrición que se basa principalmente en suministrar al organismo los nutrientes esenciales que necesitamos cada día (vitaminas, minerales y aminoácidos) y que no obtenemos de los alimentos o de la alimentación que seguimos diariamente, ya sea por una alimentación inadecuada o por mala absorción intestinal de los nutrientes.

¿Son imprescindibles los suplementos alimentarios?

Consiste en añadir estos nutrientes esenciales en la proporción y cantidad adecuados, de forma que no se conviertan en nutrientes perjudiciales para tu cuerpo y que puedan darte un empujón a la hora de recuperar más fácilmente las funciones orgánicas y celulares de tu organismo.

Los suplementos te ayudan a que tus síntomas mejoren más rápidamente, no son imprescindibles pero facilitan y aceleran el restablecimiento de tus funciones orgánicas y metabólicas, que si lo hiciéramos con alimentación únicamente.

La propia nutrición celular comprende el conjunto de procesos mediante los que las células intercambian tanto materia como energía con su medio para darte salud.

La suplementación como estrategia nutricional

Teniendo en cuenta que la nutrición celular se basa en el suministro de vitaminas, minerales y oligoelementos en proporción y cantidad adecuados, que nuestro organismo no obtiene de forma natural a partir de los alimentos (ya sea por alimentación inadecuada o por mala absorción), uno de los principales objetivos de la estrategia de suplementación en un plan nutricional es suministrar nutrientes naturales a cada persona según sus necesidades personales, consiguiendo el equilibrio orgánico que garantiza un estado de salud óptimo.

En su versión tradicional, se apoya en la Medicina Ortomolecular, que no es más que facilitar al organismo los nutrientes en sí mismos: vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos, y microelementos presentes en plantas, fundamentalmente.

Si quieres un plan nutricional con suplementación específica para tu caso, porque consideras que no estás en un estado de salud óptimo ¡contacta con nosotros! estaremos encantados de atenderte.