miércoles, 19 de diciembre de 2018

Combatir el insomnio a través de la dieta

La deficiencia de calcio y magnesio puede producir insomnio, un problema de gran relevancia que además, podría estar detrás de muchos accidentes de tráfico debido al cansancio y el bajo nivel de atención.

Tal y como nos revelan varios estudios clínicos, una deficiencia de calcio y magnesio puede producir insomnio. Nuestra dieta, cada vez más deficitaria por la falta de calidad de los alimentos o por nuestros hábitos de vida, afecta de forma directa a nuestro descanso nocturno. 

Tenerlo en cuenta, y cubrir en el día a día el aporte en estos dos minerales, nos hará ganar en bienestar.
Lejos de ser un problema puntual o de reducirse únicamente a un trastorno del sueño, hay un aspecto que considerar. 
Estudios, como el llevado a cabo en el Departamento de Neurociencia de la Universidad de Génova, por ejemplo, nos señalan que una buena parte de los accidentes de tráfico estarían detrás de este mismo problema: el insomnio, la falta de atención.
El índice de siniestralidad se situaría entre el 10 y el 20%. Ahora bien, además de este problema de gravedad evidente, también hay otros factores. 
En caso de que nuestro insomnio sea crónico, podemos experimentar también alteraciones del estado de ánimo. 
Seremos más vulnerables a diferentes trastornos, como la depresión.
La falta de una buena calidad del sueño, como vemos, puede ser peligrosa. Tener en cuenta los factores que están detrás de este problema puede sernos de ayuda. 
Por tanto, cuidemos de nuestra alimentación, ahí donde no olvidar dos minerales clave: el calcio y el magnesio.
Dormir menos de seis horas cada día puede ocasionarnos serios déficits cognitivos.
Claves para combatir el insomnio a través de la dieta
Lo primero que debemos hacer es acudir a nuestro médico de cabecera. A través de unas adecuadas pruebas clínicas, sabremos sí, efectivamente, tenemos o no una carencia en estos nutrientes.
Asimismo, tampoco podemos dejar de lado que el insomnio también está mediado por otros factores: dolor crónico, diabetes, estrés, menopausia, mala higiene del sueño…
  • Otro factor importante es atender nuestros niveles de vitamina D. Este nutriente, también puede estar detrás de la deficiencia de calcio y magnesio.
  • Consumir alimentos ricos en magnesio:
    • Vegetales de hojas verdes
    • Plátanos.
    • Nueces
    • Almendras
    • Semillas de chia, semillas de lino, semillas de calabaza…
    • Cítricos.
    • Tomates maduros,
    • Cacao y chocolate negro.
    • Centeno y cebada.
    • Quinoa.
  • Alimentos ricos en calcio:
    • Lácteos
    • Sardinas
    • Bebidas de almendra, soja y arroz.
    • Semillas de girasol
    • Legumbres
    • Brócoli.
    • Col.
    • Higos.
    • Algas.
Para concluir, en vista de que sabemos que la deficiencia de calcio y magnesio puede producir insomnio, lo mejor es consultar con un médico antes de empezar a consumir ningún complemento; de hecho, aunque solo sea para mejorar nuestra dieta, sin necesidad de “extras”, lo mejor será que nos pongamos en manos de un especialista. 

Ser certeros a la hora de completar nuestra dieta hará que ahorremos una buena cantidad de recursos, como pueden ser el tiempo y el dinero. 






miércoles, 28 de noviembre de 2018

Adelgazar Sin Sufrimiento

Para adelgazar sin sufrimiento hay que cambiar la idea que se tiene de la dieta. 
Por eso, en lugar de elegir planes “milagro” lo mejor es adoptar una alimentación balanceada y completa.
Muchas personas que desean combatir el sobrepeso y la obesidad están tratando de encontrar un plan para adelgazar sin sufrimiento.
No obstante, varias de las dietas que se proponen para alcanzar resultados rápidos implican hacer demasiadas restricciones.
El problema es que no todos comprenden que para bajar de peso es importante mejorar al 100% los hábitos de vida y ser constantes con los mismos.
Si bien los populares regímenes “milagro” parecen una vía rápida para llegar a un peso sano, en realidad sus efectos son contraproducentes.
Por este motivo es esencial que todos conozcamos una serie de pautas que permiten luchar contra esos kilos “de más” sin tener que exponer la salud.
En esta ocasión queremos compartir algunas recomendaciones para quemar grasa y que puedas diseñar la dieta o el plan para adelgazar. ¡Descúbrelos!

Consejos infalibles para tu plan para adelgazar sin sufrimiento

Hay quienes relacionan la palabra “dieta” con un proceso tedioso y aburrido que al final ocasiona sufrimiento.
Sin embargo, lejos de tener este significado, una buena dieta es sinónimo de un cambio total en el estilo de vida.
Ejemplo de plato en una dieta vegana
El inconveniente es que pocos son capaces de volverla un hábito permanente de la rutina, por lo que comen sano por apenas unos días o semanas.
En consecuencia, no logran mantener los resultados al bajar de peso y entran en un círculo vicioso que puede deteriorar la salud.
¿Hay maneras de adelgazar sin sufrimiento? ¡Claro que sí!
Aunque el cambio tarde un poco más en hacerse notorio, hay varios consejos que ayudan a tratar el sobrepeso sin necesidad de restricciones alimentarias o planes demasiado hipocalóricos.

1. Comer variado

Una de las reglas principales para no fracasar en el intento de adelgazar es comer de todo un poco.
Dado que el organismo tiene requerimientos nutricionales que no podemos modificar, es primordial planear una plan para adelgazar que no restrinja ningún tipo de alimento.
Si bien es conveniente moderar los hidratos de carbono y las grasas, no se deben suprimir en su totalidad.
La clave es balancear cada plato y comer todo en su justa medida. Por eso, una buena dieta debe incluir:
  • Cereales integrales y legumbres
  • Carnes magras
  • Semillas y frutos secos
  • Frutas y vegetales
  • Lácteos bajos en grasa

2. Dividir las porciones

Beneficios de hacer cinco comidas diarias. plan para adelgazar
A muchas personas nos han enseñado a realizar tres comidas principales diarias.
Sin embargo, desde hace algunos años se hace hincapié en que toda dieta sana debe contener entre cinco y seis platos diarios.
De este modo, además de las comidas principales se aconsejan dos meriendas.

3. Ingerir un desayuno diario

Uno de los grandes errores de los pacientes con sobrepeso y obesidad es ignorar el desayuno como un método para ahorrar calorías.
Si bien parece lógico dejar de comer para adelgazar, en realidad esto no sirve de nada.
No desayunar aumenta la ansiedad y conduce a comer en exceso en horas posteriores.

4. Incrementar el consumo de agua

Ingerir agua todos los días es una sencilla medida para adelgazar sin sufrimiento.
A pesar de  que algunos tienen cierta dificultad para beber el líquido, es de gran importancia incluirlo como complemento de la alimentación.
Tanto el agua como las infusiones y los jugos mantienen el organismo hidratado y libre de toxinas.

5. Hacer ejercicio físico

El mejor complemento de una dieta quema grasas es el ejercicio físico. Sin importar qué modelo de alimentación se siga, es primordial activar el cuerpo para aumentar el gasto energético.
Este hábito mejora el bienestar general y elimina de manera efectiva el exceso de grasa.
Ahora bien, es primordial adoptar una rutina de manera gradual para que no represente un imposible.
Además, lo ideal es elegir actividades deportivas alternativas al gimnasio, para que no sea rutinario o aburrido.
Opta por:
  • Caminar y trotar
  • Practicar natación
  • Ir a clases de zumba
  • Asistir a Pilates
  • Hacer yoga

jueves, 22 de noviembre de 2018

Las Causas Ocultas del Aumento de Peso

Hay otros factores que favorecen el aumento de peso aparte del consumo excesivo de calorías. 

Abordarlos es el primer paso para frenar la tendencia y poder tomar medidas efectivas que te ayuden a perder kilos de forma saludable.

La cifra de personas que padecen hoy en día sobrepeso es el doble de la que se estimó en 1980. 
La obesidad infantil también se ha disparado a un ritmo del 10% anual. 
¿Qué está pasando?

Las causas ocultas del aumento de peso

La exposición a sustancias tóxicas que son inductoras de la obesidad, las frecuentes alteraciones de la flora intestinal o la falta de sueño pueden explicar en parte este aumento, pero también hay otros factores.

1. Demasiados tóxicos

La continua exposición a disruptores endocrinos es un factor de gran importancia, pues pueden ser inductores de la obesidad. Por eso es importante reducir en la medida de los posible nuestra exposición.
Esta clase de disruptores endocrinos se hallan en envases plásticos alimentarios, en carnes y productos lácteos no ecológicos, en detergentes sintéticos, en la contaminación ambiental, en medicamentos, en los cosméticos convencionales, etc.

2. Una flora intestinal que te predispone

Las alteraciones de la microbiota pueden ser otro factor que favorece el exceso de peso. Las personas con sobrepeso presentan carencia de determinas especies antiinflamatorias y proliferación de bacterias patógenas en la flora intestinal.
Este desequilibrio incide en una mayor vulnerabilidad al estrés y alteraciones del estado de ánimo, lo que a su vez promueve comportamientos compensatorios que contribuyen al aumento de peso.

3. Falta de sueño

Un sueño insuficiente o poco reparador produce un aumento del índice de masa corporal (IMC) tanto en adultos como en niños.

4. Un círculo vicioso

El sobrepeso nos hace entrar en un círculo vicioso que nos afecta sin que nos demos cuenta. La grasa alrededor de las vísceras libera un flujo de ácidos grasos en la sangre que hace aumentar los triglicéridos circulantes y desestabiliza los receptores de insulina, una hormona pancreática.
Esto hace que a su vez sea necesaria más cantidad de insulina para que entre la glucosa en las células. La insulina tiene un efecto acelerador de la ganancia de masa grasa.
La acumulación de grasa provoca a su vez una reacción inmunitaria silenciosa, por lo que el sobrepeso se considera una patología de tipo inflamatorio.
Finalmente, el tejido adiposo actúa como un auténtico "ladrón de vitaminas", es decir, como una esponja que absorbe ciertos nutrientes como la vitamina E y los betacarotenos. Esto hace que la persona con sobrepeso presente carencias que merman la salud y a su vez puede hacer que tenga más hambre.

Ayudas eficaces para perder kilos de forma saludable

Tener en cuenta los factores anteriores y abordarlos es el primer paso para empezar a poner remedio al aumento de peso de forma saludable. Conviene, por tanto, reducir nuestra exposición a disruptores endocrinos, cuidar el equilibrio de la flora intestinal, asegurarse suficientes horas de descanso y combatir la inflamación.
Además, hay otras medidas que nos pueden ayudar:

Una dieta vegetal y equilibrada

A igual número de calorías, el consumo de carne, productos lácteos y azúcares refinados estimula una mayor secreción de insulina, principal responsable del almacenamiento de grasas.
En cambio, una alimentación a base de legumbres, cereales integrales, frutos secos, frutas y verduras produce una reducción significativa de peso y del síndrome metabólico.

Asegurarse nutrientes indispensables

El déficit de magnesio, zinc, vitamina C, D y del grupo B reducen la capacidad de producir energía y masa muscular, lo que propicia la acumulación de la grasa.
Conviene asegurarse estos nutrientes a través de la alimentación, pero también puede ser recomendable tomar a un multinutriente que incluya estos minerales y vitaminas para cubrir las carencias. Las dosis recomendadas serían de unos 300-350 mg de magnesio al día, 15 mg de zinc, 1.000 mg de vitamina C y de 400 a 5.000 UI de vitamina D, y los mínimos necesarios de las vitaminas del grupo B.

Tirosina para un primer impulso

Si uno se siente decaído y con falta de motivación, puede tomar 1.000 mg del aminoácido tirosina veinte minutos antes de desayunar durante un tiempo breve, de 15 días a un mes.
Le ayudará a recobrar el optimismo, además de impulsar la salida de las grasas del tejido adiposo.

El ejercicio que no falte

Incorporar el ejercicio a la vida diaria es imprescindible para recuperar una composición corporal adecuada con menos grasa y más masa muscular.
Subir escaleras, caminar media hora, ir a la piscina, hacer bicicleta, bailar… cualquier actividad física que forme parte de su rutina habitual contribuirá a alcanzar su peso ideal.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Mitos sobre Alimentación

La nutrición es uno de los temas en los que más confusión existe. 

Hoy en día conviven multitud de teorías, informaciones falsas y puntos de vista sobre cómo debemos alimentarnos, por lo que la mayoría de las personas se sienten muy perdidas a la hora de perder peso o estar más saludables. 

Por eso, en este artículo queremos hablarte de los mitos sobre alimentación más comunes.

Todos estos mitos han sido desmentidos por estudios científicos a lo largo de los años. Así, a día de hoy podemos estar seguros de que poco tienen que decirnos sobre cuál es la mejor manera de comer. 

Para cada uno de ellos, encontrarás una explicación sobre por qué se tomaron como ciertos y qué ha cambiado para que hayan sido desmontados.

Sin embargo, antes de verlos, intentaremos responder a por qué existen tantos mitos alrededor de la ciencia.

Mitos sobre alimentación: ¿por qué se producen?

La nutrición, al igual que la psicología o la medicina, es una ciencia relacionada directamente con el ser humano. 

Como tal, en muchas ocasiones los estudios clínicos que sobre el papel serían idóneos no se pueden realizar. 

Esto hace que el conocimiento en esta área sea mucho más difícil de desarrollar que en otros campos, como la física o la química donde las normas respecto a la manipulación son mucho menos restrictivas.

La mayoría de los estudios realizados en nutrición están basados en la estadística. Aunque los datos proporcionados por estas técnicas matemáticas son muy útiles, en general no nos permiten establecer causalidad. 

Es decir, la mayoría de las veces no podemos saber por qué se produce un resultado determinado.

Este es uno de los motivos que más mitos sostiene: hasta que no se realiza un estudio clínico, los datos obtenidos sobre nutrición siempre serán incompletos. 

Por ello, esta ciencia, joven en su desarrollo, aún no tiene todas las respuestas sobre lo que es saludable y lo que no.

Esto no quita para que en las últimas décadas se haya producido una explosión de conocimiento en este campo, principalmente debido a la preocupación causada por la epidemia de obesidad del mundo desarrollado. 

A continuación veremos cuáles son los principales mitos que han empezado a ser considerados como tales hace poco.

1- Comer demasiados huevos no es sano

Uno de los principales mitos sobre alimentación es el de que comer muchos huevos (especialmente sus yemas) puede traer toda clase de problemas. La idea se genera en la creencia de que consumir mucho colesterol hace que este aumente en nuestro cuerpo. Suena lógico, ¿verdad?

Pues bien, los últimos estudios muestran que nuestros niveles de colesterol no están tan condicionados por alimentos como los huevos. Hoy se sabe que nuestro cuerpo produce cuatro veces más cantidad de esta sustancia de la que somos capaces de comer en un día, por lo que el impacto de tomar huevos en la dieta no es muy grande en este sentido. Otra cuestión sería estudiar el impacto de aquellos alimentos con los que acompañamos a los huevos.

2- Comer grasa engorda

Otro de los principales mitos sobre alimentación es que comer demasiada grasa disparará nuestro peso. Sin embargo, hoy en día se sabe que esto no funciona exactamente así.

La creencia se originó al contar las calorías que tiene cada tipo de macronutriente: mientras que los carbohidratos y las proteínas tienen cuatro calorías por kilo, la grasa tiene nueve. Por lo tanto, es lógico pensar que si queremos perder peso, tendremos que comer más de los dos primeros tipos de nutrientes y menos del último.

Sin embargo, estudios recientes apunta a que, dentro de unos parámetros normales, el consumo de grasa bien integrado en nuestra dieta nos puede hacer perder peso. Esto ocurre porque esta sustancia está implicada en gran cantidad de procesos fundamentales para adelgazar, como la producción de testosterona, la sensación de saciedad o la aceleración del metabolismo basal (la velocidad a la que quemamos calorías de manera natural).

3- El desayuno es la comida más importante del día

Mi abuela siempre me repetía un dicho popular que resume uno de los principales mitos sobre alimentación: “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Este refrán se basa en la antigua creencia de que tomar un desayuno muy abundante es fundamental para funcionar correctamente a lo largo del día.

Aunque tomar un desayuno rico en nutrientes (como verduras y proteínas) puede darnos energía a lo largo de la jornada, lo cierto es que el típico desayuno occidental serviría para todo lo contrario. Al desayunar cereales o bollería, nuestro cuerpo sufrirá una serie de picos de insulina que nos darán una energía de corto recorrido.

Por lo tanto, las dos opciones más recomendadas por los expertos respecto al desayuno son:

Ingerir alimentos bajos en azúcar y que no sean pobres en grasas y proteínas.

Eliminar el desayuno, practicando lo que se conoce como ayuno intermitente.

Es probable que la reflexión que hemos realizado sobre estos mitos sobre alimentación te haya sorprendido: chocan frontalmente contra lo que hemos aprendido tradicionalmente sobre nutrición. 

Sin embargo, lo bueno de la ciencia es que va avanzando poco a poco según se recopilan nuevas evidencias. 

¿Quién sabe lo que descubriremos en el futuro sobre este campo tan importante para nuestra salud? Porque sí, lo que no es un mito es que “somos lo que comemos”.


LA IMPORTANCIA DE LA VITAMINA B3


También llamada ácido nicotínico o niacina, niacinamida o nicotinamida, vitamina PP o factor PP se trata una sustancia hidrosoluble presente en el germen de trigo, la levadura de cerveza, el pan integral, las carnes blancas, los huevos, los pescados, los dátiles, los higos, el aguacate, la mantequilla de cacahuete, el café torrefacto y las ciruelas pasas.

Pero, además, nuestro organismo es capaz de sintetizarla a partir del aminoácido L-triptófano salvo cuando la persona tiene deficiencias de vitaminas B1, B2 y B6; en ese caso no será capaz de fabricar su propia vitamina B3 a partir del triptófano.

Asimismo, la encontraremos disponible en suplementos en forma de niacina o niacinamida.

La diferencia es que la niacina (ácido nicotínico) puede causar sofocos, sensación de quemazón y enrojecimiento de la piel y no así la niacinamida o nicotinamida.

En el caso de tomar niacina se pueden contrarrestar los efectos tomando un equivalente igual de Inositol con el estómago lleno.

PRINCIPALES FUNCIONES

  • ·         Es indispensable su papel en la producción de energía.
  • ·   Mantiene en buen estado los tejidos y mucosas del sistema digestivo además de aliviar las alteraciones gastrointestinales.
  • ·         Previene y alivia los dolores de cabeza (migrañas).
  • ·         Es imprescindible para la síntesis de las hormonas sexuales.
  • ·         Está implicada en la elaboración de cortisona, insulina y tiroxina.
  • ·         Favorece la circulación y reduce la presión arterial.
  • ·         En la Enfermedad de Menière ayuda a reducir los síntomas de vértigo.
  • ·       Es indispensable para una buena salud del cerebro y del sistema nervioso porque colabora, entre otras cosas, en la síntesis de algunos neurotransmisores implicados en el sueño.
  • ·         Reduce el colesterol (1) y los triglicéridos.
  • ·   Una dosis única y fuerte de nicotinamida, administrada una hora antes de un medicamento antineoplásico (melfalán), parece doblar la eficacia de éste. También se ha demostrado que la nicotinamida aumenta la actividad del cisplatino y además reduce su toxicidad.


(1) En un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard el colesterol disminuyó una media del 18% en más de 100 pacientes que tomaban un gramo al día de niacina; ya en 1984 los médicos del Instituto Científico de Medicina Interna de Génova (Italia) descubrieron que las vitaminas A y E eran sinérgicas con la niacina en la reducción del colesterol LDL y la mejora del HDL.

ALTERACIONES QUE OCASIONA SU DEFICIENCIA

DE CARACTER LEVE

·         Debilidad muscular.
·         Astenia.
·         Erupciones cutáneas.
·         Alteraciones del sueño.
·         Náuseas y vómitos.
·         Depresión, irritabilidad.

DE CARACTER GRAVE

·         Pelagra.
·         Alteraciones de la mucosa bucal y gástrica.

ENEMIGOS

·         El agua.
·         Técnicas de procesamiento de alimentos.
·         Uso de sulfamidas y estrógenos.
·         Consumo de medicamentos para conciliar el sueño.
·         Alto consumo de bebidas alcohólicas.
·         Drogas alucinógenas.



miércoles, 7 de noviembre de 2018

Errores que nos hacen Engordar

A veces, para perder peso, no es necesario seguir dietas de hambre. 

Vamos a ver doce errores comunes que, aunque normalmente los conocemos, con frecuencia no nos damos mucha cuenta de que los estamos cometiendo y, por ello, no nos corregimos. 

El hecho de verlos escritos y ser plenamente conscientes de ellos puede hacer que los eliminemos de nuestras rutinas y, así, perder poco a poco un peso que puede terminar siendo importante. Y, además, con poco esfuerzo.

Sin pretender ser exhaustivos, traemos hoy a doce de los errores más comunes, a veces imperceptibles pero importantes, que nos pueden impedir tener un peso más saludable. 

El efecto acumulado de evitar todos ellos puede hacer que perdamos una buena cantidad de kilos.

1) Moverse poco. No se trata de machacarse en el gimnasio. Costumbres como dar un pequeño paseo todos los días, ir al trabajo andando (o, si está muy lejos, bajarse una o dos paradas antes), aficionarse a algún deporte o subir las escaleras andando en lugar de coger el ascensor puede hacer que perdamos cada día unos gramos y, sobre todo, que mejore nuestra salud.

2) Pensar en dietas milagro. Está más que demostrado que, aunque puedan tener un arranque espectacular, a medio y largo plazo no funcionan. Y no solo eso: suele darse el efecto "rebote" y pueden dañarnos gravemente la salud.


3) Tener cosas para picar demasiado accesibles. Costumbres como tener una tableta de chocolate empezada en un armario de mucho uso y bien a la vista, coger un cuenco de snacks cada vez que nos sentamos a ver la televisión, tener un bote de caramelos sobre la mesita de la sala o sacar un plato de quesos para picar antes o después de las comidas son costumbres que nos harán comer de más sin necesidad, aunque no tengamos hambre. Por eso, son costumbres a evitar.

4) No dormir lo necesario. Diversos estudios han demostrado que dormir demasiado poco desencadena determinados procesos biológicos que llevan a engordar. Es difícil dar un número de horas ideal de sueño al día, ya que varía de una persona a otra, y con la edad. Lo mejor es escuchar a nuestro cuerpo.

5) Utilizar excesiva grasa, que tiene gran cantidad de calorías. Pequeños trucos como utilizar el horno en lugar de la freidora, sartenes antiadherentes (que necesitan menos aceite), consumir carnes poco grasas o evitar ciertos platos muy calóricos nos pueden ayudar. Aquí, contar con un buen libro de recetas ligeras es fundamental.

6) Saltarse comidas o el desayuno. Contra lo que mucha gente cree, e incluso parece dictar la lógica, multitud de estudios han demostrado que no solo no se adelgaza con ello, sino que se coge peso de más. Lo ideal es hacer cinco comidas al día, espaciadas de forma regular y de manera que ninguna de ellas sea demasiado copiosa ni demasiado escasa.

7) No tener en cuenta las calorías que proporcionan los líquidos. Muchos solo las ven en los platos, pero los vasos (leche, zumos, alcohol y, sobre todo, refrescos) también las contienen. No se trata de tomar solo agua, aunque sería lo ideal, sino de consumir líquidos calóricos con menos frecuencia y, sobre todo, de ser conscientes de que también engordan.

8) Esconder la fruta. Es una comida muy saludable, poco calórica y de consumo por impulso, pero si la dejamos oculta la comeremos menos. Una manzana puede suplir a una onza de chocolate, y es bastante más saludable. Lo mismo puede decirse de ciertas verduras.

9) Dejar accesible la comida que ha sobrado, con lo que se incentiva servirse una ración adicional al terminar. A veces, con el pretexto de "para que no sobre, que luego se acaba tirando". Lo peor es llevar la cazuela a la mesa; lo ideal, guardar lo que ha sobrado en un taper y meterlo en la nevera antes de ponerse a comer. Y una solución intermedia, dejar la cazuela en la cocina, por si alguien quiere más. Lo más cómodo es, a veces, lo más engordante.

10) Distraerse mientras se come. Está comprobado que si vemos la televisión o leemos el periódico mientras comemos no nos metalizaremos adecuadamente de que lo estamos haciendo y sentiremos menos saciedad. Por tanto, comeremos más. Algo parecido es comer directamente del paquete, (por ejemplo, de patatas fritas), ya que no nos mentalizamos correctamente de la cantidad que estamos comiendo. Mejor, pongámosle en un cuenco, cerremos el paquete y devolvámosle a la cocina.

11) Ceder a ciertas presiones, como invitaciones a comer de más en determinadas celebraciones ("¡venga, mujer, que un día es un día!"), comer cosas poco saludables, beber en exceso, etcétera. A veces, las presiones, que suelen venir de seres queridos, pueden hacerse insoportables.

12) Exigir resultados excesivos como resultado de nuestros esfuerzos ante un determinado cambio de costumbres. Y nos referimos, tanto a esperar resultados demasiado inmediatos como demasiado cuantiosos. No hay que olvidar que adelgazar tres o cuatro kilos ya es un resultado estimable desde el punto de vista de la salud. Esperar demasiado nos puede llevar a la frustración y, con ella, al abandono de esas costumbres tan recomendables.