Se denomina menopausia al momento de la
vida de la mujer en que deja de tener la posibilidad de engendrar hijos al
cesar la función cíclica de los ovarios y la menstruación.
Una época que en la mayoría de los casos
tiene lugar de forma natural entre los 40 y los 55 años aunque el promedio esté
en los 50.
Cuando los ovarios envejecen disminuye
la cantidad de hormonas que hasta entonces secretaban periódicamente de manera
que las reglas se van haciendo cada vez más irregulares hasta que desaparecen.
En todo caso, para que podamos hablar de
menopausia es necesario que haya transcurrido al menos un año sin que haya
habido ninguna menstruación.
Se denomina menopausia prematura a la
que se produce antes de los 40 años.
Suele deberse a una insuficiencia
ovárica en la que pueden mediar diferentes razones: predisposición genética,
alteraciones de tipo hormonal o autoinmune, cirugía, quimioterapia, etc.
Y menopausia artificial a la que se
produce como consecuencia de una intervención quirúrgica, por recibir
radiaciones, etc.
LA PERIMENOPAUSIA
Al periodo de transición que empieza
cuando los ciclos menstruales comienzan a ser irregulares se le denomina
perimenopausia.
Puede durar hasta seis años y termina
cuando ha transcurrido un año desde la última regla.
Las alteraciones que pueden aparecer
durante ella son las siguientes:
·
Sequedad vaginal.
·
Alteraciones del sueño.
·
Cambios en el estado de ánimo.
·
Sofocos.
·
Trastornos cardiovasculares.
·
Cambios genitourinarios.
·
Cambios en la piel.
·
Disminución del tono muscular.
·
Flacidez generalizada.
·
Dolores de cabeza.
·
Meteorismo.
·
Cansancio.
·
Hipertensión.
·
Problemas de circulación periférica.
·
Disnea.
·
Disminución del rendimiento intelectual, la
concentración y la autoestima.
Los sofocos tienen lugar por una
inestabilidad vasomotora que aparece en el 70% de las mujeres que pasan por
esta situación.
Durante ese momento la piel -sobre todo
la de la cara y cuello- aparece roja y caliente, con sudoración profusa.
Las enfermedades cardiovasculares, en
cambio, suelen aparecer cuando ha pasado la menopausia y se deben a la
disminución de estrógenos.
Taquicardias, hormigueos, palpitaciones
cardiacas, mareos, etc., son algunos de los síntomas que advierten del peligro.
En cuanto a los cambios psicológicos
puede aparecer fatiga, insomnio, irritabilidad, tendencia a la depresión,
nerviosismo, etc., también inducidos por la disminución de estrógenos.
El impacto psicológico de la menopausia
debe tenerse pues muy en cuenta con el fin de llevar a buen término una
situación que, si bien es de carácter fisiológico, implica muchos cambios en la
vida de una mujer por lo que su entorno ha de prestarle toda la ayuda necesaria
para adaptarse a la nueva situación sin que el hecho deje secuelas importantes.
También la piel se hace más fina,
sensible y seca aumentando la posibilidad de que aparezcan arrugas y manchas en
las manos y en la cara.
La osteoporosis es, asimismo, una de las
enfermedades más graves asociadas a la menopausia y que debe tener especial
consideración.
Puede aparecer también dificultad para
retener la orina.
Ello se debe a que el tejido epitelial
disminuye y adelgaza lo que provoca pérdida de tono uretral. Aparece también
por disminución de la estimulación estrogénica.
En cualquier caso, y aunque no se debe
convertir un fenómeno fisiológico y natural en un problema para la salud,
cuando todo lo descrito se manifiesta en toda su crudeza no deja de ser a veces
señal de la existencia de un tipo de vida no acorde con las leyes de la Naturaleza y de ahí la
presencia de tantos desequilibrios bioenergéticos, bioquímicos y biomecánicos.
Es evidente, como acabamos de ver, que
la llegada de la menopausia provoca en la mujer cambios hormonales importantes
que alteran su metabolismo.
Por eso los médicos las recomiendan
someterse a una terapia hormonal sustitutoria a fin de disminuir la incidencia
del infarto de miocardio y aliviar los sofocos, la sequedad y atrofia vaginal,
las alteraciones urinarias y la aparición de osteoporosis.
Una terapia, por cierto, no exenta de
peligro ya que, por ejemplo, aumenta el riesgo de que se pueda desarrollar un
carcinoma de endometrio.
Y que además está contraindicada en las
enfermedades hepáticas graves, en la tromboflebitis activa, las hemorragias
uterinas de origen desconocido, la hipercolesterolemia, el cáncer de mama, la
diabetes mellitus y el infarto de miocardio, entre otras dolencias.
Y por si todo ello fuera poco, hay que
añadir que informes recientes ponen en duda su presunta utilidad.
Un prestigioso grupo de científicos y
médicos acaba de asegurar en un informe titulado International Position Paper
on Women's Health and Menopause que los beneficios de la terapia de sustitución
hormonal son mucho más limitados de lo que se creía.
Según ellos, el estrógeno puede aliviar
los sofocos y el sudor nocturno en las mujeres que atraviesan o han pasado la
menopausia así como contener la pérdida ósea pero no se ha demostrado que
proteja de las enfermedades cardiacas, el Alzheimer, la osteoporosis, la
depresión y la incontinencia urinaria como se aseguraba hasta ahora.
Para Deborah Grady, epidemióloga de la Universidad de
California, es increíble que se lleve tanto tiempo recetando a millones de
mujeres un fármaco con efectos secundarios tan importantes sin haber tenido la
prueba de que funciona.
Es más, según cuenta las mujeres que
consumen estrógenos parecen tener ligeramente más ataques cardiacos y ataques
cerebrales.
Y a las que tienen Alzheimer precoz
tampoco les ayudan precisamente los estrógenos.
¿Qué pueden pues hacer las mujeres en
esta situación? Veámoslo.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS
En primer lugar, es muy importante
llevar una alimentación y un tipo de vida lo más sano posible. Siga pues estos
consejos:
·
Siga una dieta rica en frutas y verduras
crudas.
·
Sustituya los cereales blancos por integrales.
·
Elimine el azúcar blanco.
·
Erradique la bollería industrial.
·
Elimine el tabaco y el café.
·
Disminuya o elimine el consumo de bebidas
alcohólicas.
·
Reduzca la cantidad de grasa de la dieta.
·
Elimine las carnes rojas.
OTRAS RECOMENDACIONES
·
Intente llevar una vida poco estresada.
·
Realice algo de ejercicio físico adecuado.
·
Trate de dormir de 7 a 8 horas diarias.
·
Evite el sedentarismo.
·
Invierta su tiempo libre en actividades
gratificantes.
COMPLEMENTOS
MEDICINA ORTOMOLECULAR
Los complementos de la Medicina Ortomolecular
que pueden ayudar cuando llega la menopausia son los siguientes:
Vitamina
E.
Puede mitigar los sofocos, los sudores, los cambios de humor y la sequedad
vaginal además de mejorar la circulación. Es protector del sistema
cardiovascular. Se puede utilizar también de forma tópica como lubricante de la
vagina con muy buenos resultados.
Calcio.
Parece
que las mujeres postmenopáusicas tienen niveles de acidez gástrica bajos lo que
impide la buena absorción este mineral.
Boro. Aumenta la
actividad del estradiol.
Ácido
fólico y vitaminas B6 y B12. Reducen los niveles de homocisteína por lo que
se verá reducido el riesgo de alteraciones cardiovasculares. El ácido fólico,
en particular, aumenta los niveles de estrógenos.
Vitamina
C y silicio.
Son importantes para mantener en buen estado el tejido conjuntivo y la
producción de colágeno.
G.L.A. Actúa como
precursor de las prostaglandinas que participan en la producción de estrógenos.
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